miércoles, 23 de junio de 2010

ATP como fuente de energía en sistemas biológicos e inestabilidad.

El ATP actúa de modo cíclico como transportador de la energía química de las reacciones catabólicas o degradativas del metabolismo, las cuales proporcionan energía química para los diversos procesos celulares que necesitan aporte de energía. El ATP se genera a partir del ADP mediante reacciones de fosforilación ligadas o acopladas a expensas de la energía liberada en la degradación de las moléculas combustibles. Se postuló que el ATP generado de este modo cedía su grupo fosfato terminal a moléculas aceptoras específicas que resultaban activadas energéticamente, siendo entonces capaces de efectuar diversas funciones que precisan de energía en la célula; por ejemplo, la biosíntesis de las macromoléculas (trabajo químico), el transporte activo de iones inorgánicos y de nutrientes de la célula a través de las membranas en contra de gradientes de concentración (trabajo osmótico) y la contracción muscular (trabajo mecánico).

Al liberarse la energía del ATP para atender a estos procesos de consumo de energía, el ATP experimenta una escisión en ADP y fosfato inorgánico. El ADP se refosforila a continuación a expensas de la oxidación de combustibles que liberan energía para formar ATP, completando de este modo el ciclo de energía celular. Se consideró que el grupo fosfato terminal del ATP experimentaba un recambio constante, siendo continuamente transferido a moléculas de aceptor y remplazado por grupos fosfato que alcanzaban un estado "energético" superior durante la degradación catabólica de los combustibles celulares.

Referencias
Lehninger, Albert L. "Bioquímica" Ed. Omega, S. A. 15a ed. Barcelona, 1991. pp. 399.



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